The book of Revelation announces a blessing in its opening verses: “Blessed is he who reads and those who hear the words of this prophecy, and keep those things which are written in it; for the time is near” (Revelation 1:3, NKJV). With this statement before us, it is important to remember that teaching, reviewing, and learning for the first time the messages of Revelation come with a divine pronouncement of favor. In January and May, the Hilo and Puna churches on the Big Island of Hawaii received that blessing.
The two churches applied for and received a grant of $9,000 from Three Angels Global Networking, Inc., an Adventist lay ministry. The grant was intended to emphasize the three angels’ messages internally to the membership and externally to the community. The church shared the message of truth in two phases: a January lay-led revival based on Mark Finley’s Three Cosmic Messages materials, and a community seminar titled “Revelation Reveals Jesus,” led by evangelist Jay Warren of the Hawaii Conference.
The promise of Revelation 1:3 proved true. The emphasis on the three angels’ messages inspired two donors to make sizable donations to each church’s evangelism fund. The sharing of Revelation 14 is something God wants to fund.
A major takeaway for the churches was a reminder that Revelation is not a scary book that cannot be understood. In the lay-led series, regular church members mightily presented the teachings of Daniel and Revelation with conviction and clarity. This helped ready the churches to share with the community. Using technology, mass mailing, and personal invitations, both churches worked to build internal enthusiasm and create interest among their neighbors to attend the seminar. A crucial component in all of this was prayer. From start to finish every presentation of God’s truth was bathed in intentional prayer.
When May arrived, the Holy Spirit was appealing to hearts. During eight nights of teaching and vegetarian fellowship meals provided by cook Mario Bravo of the Hawaii Conference, Pastor Jay Warren pointed members and community visitors to Christ’s last-day invitation for them. Three community friends made decisions for baptism, one community friend decided to start studying the Bible to learn more, and one church member was convicted for re-baptism. She was re-baptized three weeks after the series alongside her husband, who got baptized for the first time. One hundred and nineteen copies of Finley’s book Three Cosmic Messages: Earth’s Final Conflict were handed out. Pastor Andre Weston is still in connection with the community friends who visited the series and looks forward to supporting them as they walk in their decisions in the second half of this year.
Pastor Andre believes the three angels’ messages comprise the gospel in its final form, and when we share that gospel, God will bless our efforts. He is grateful for all the volunteers who preached, shared music, set up and cleaned, prayed, and participated in evangelism.
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By Andre Weston
El mensaje de los tres ángeles enfatizado en la Big Island
El libro de Apocalipsis anuncia una bendición en sus primeros versículos: »Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca» (Apocalipsis 1:3). Con esa declaración es importante recordar que enseñar, repasar y aprender por primera vez los mensajes de Apocalipsis vienen con un pronunciamiento divino de preferencia. En enero y mayo, las iglesias Hilo y Puna en la Isla Grande de Hawaii recibieron esa bendición.
Las dos iglesias solicitaron y recibieron una subvención de $9,000 de Three Angels Global Networking, Inc., un ministerio adventista laico. La subvención tenía la intención de enfatizar el mensaje de los tres ángeles internamente a los miembros y externamente a la comunidad. La iglesia compartió el mensaje en dos fases: un reavivamiento dirigido por laicos en enero basado en el material de Mark Finley —Tres mensajes cósmicos— y un seminario para la comunidad titulado «El Apocalipsis revela a Jesús», dirigido por el evangelista Jay Warren de la Hawaii Conference.
La promesa de Apocalipsis 1:3 resultó ser cierta. El énfasis en los mensajes de los tres ángeles inspiró a dos donantes a hacer donaciones considerables al fondo de evangelismo de cada iglesia. El compartir Apocalipsis 14 es algo que Dios quiere financiar.
Una conclusión importante para las iglesias fue un recordatorio de que Apocalipsis no es un libro aterrador que no se puede entender. En la serie dirigida por laicos, los miembros de la iglesia presentaron poderosamente las enseñanzas de Daniel y Apocalipsis con convicción y claridad. Eso ayudó a preparar a las iglesias para compartir con la comunidad. Usando tecnología, correo masivo e invitaciones personales, ambas iglesias trabajaron para generar entusiasmo interno y crear interés entre sus vecinos para asistir al seminario. Un componente crucial en todo eso fue la oración. De principio a fin, cada presentación estaba acompañada de oración.
Cuando llegó mayo, el Espíritu Santo estaba apelando a los corazones. Durante ocho noches de enseñanza y comidas vegetarianas proporcionadas por Mario Bravo de la Hawaii Conference, el pastor Jay Warren señaló a los miembros y visitantes de la invitación de Cristo en los últimos días. Tres miembros de la comunidad tomaron decisiones de bautismo, una visita decidió comenzar a estudiar la Biblia para aprender más, y una miembro de la iglesia fue motivado a bautizarse de nuevo. Fue rebautizada tres semanas después de la serie junto con su esposo, quien se bautizó por primera vez. Ciento diecinueve copias del libro de Finley, Tres mensajes cósmicos: el conflicto final de la tierra, fueron obsequiadas. El pastor Andre Weston todavía está en conexión con miembros de la comunidad que visitaron la serie y espera apoyarlos mientras se confirman en sus decisiones en la segunda mitad de este año.
El pastor Andre cree que el mensaje de los tres ángeles comprende el evangelio en su forma final y, cuando compartimos ese evangelio, Dios bendice nuestros esfuerzos. Está agradecido por todos los voluntarios que predicaron, compartieron música, organizaron y limpiaron, oraron y participaron en el evangelismo.
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Por Andre Weston
